sábado, 20 de febrero de 2016

En un segundo...

¿Qué podemos hacer cuando en un segundo nos expulsan de nuestra propia vida? Cuándo después de un día duro de trabajo, vuelves a las paredes de tu caluroso hogar, a refugiarte y en vez de encontrar la paz que anhelas, te dicen:

Lo siento, se acabó, tienes que irte.
El mundo se paraliza de golpe y te obligan a despertar, a volver a la tierra, a darte cuenta de que todo por lo que luchaste, todo lo que creíste alcanzar hoy, ahora, ya no sirve de nada. Los planes de futuro, imaginándote sentado junto a él o ella, en un banco en el parque, cogidos de la mano como otras tantas veces, y ver cómo en un segundo, en una frase, os convertís en dos auténticos desconocidos.


Dónde quedó el felices para siempre, el sí quiero para toda la vida.
No hay nada más duro, que no querer a la vez. Pero aún es peor, cuando antes si querían ambos y ahora solo quiere uno. Cuando de un día para otro la vida os hace ser dos desconocidos...

martes, 16 de febrero de 2016

Estimado whatsapp


Cuándo nos conocimos revolucionaste mi vida. Horas de conversaciones muertas envueltas en mensajes de; "¿Qué haces?" en vez de salir a la calle y hacerlo. Cenas con los amigos cada uno entretenido con su móvil, mientras el silencio nos rodea en nuestra propia conversación.
De verdad; ¿las comunicaciones provocan que nos comuniquemos?
Cuándo una terrible discusión puede llevarse a cabo por estar "en línea" y no responder un mensaje, o incluso ser esclavo de ver a qué hora se ha conectado cierta persona.
Todo esto nos lleva a estar enganchados horas y horas a un aparato en vez de coger y estar con las personas que se encuentran al otro lado.
Estoy totalmente a favor del whatsapp, lo uso a diario, pero para mí siempre será más importante si estoy con mis amigos prestarles atención, si tengo que hablar algo importante; decírselo a esa persona frente a frente.


domingo, 14 de febrero de 2016

La era de la falta de compromiso.


No somos capaces de ser fieles a nuestro peluquero, restaurante favorito, dentista, mecánico… cómo vamos a poder tener un compromiso a largo plazo con un amigo o algo más.
Somos de la generación del apáñatelas tú solo y vigila tus espaldas, por si acaso. ¿Dónde empezó el cambio? Qué nos hizo dejar el “sí guana” y sólo pensar en nosotros mismos.
Acaso no podemos encontrar todo en una persona, que tenemos que ir picoteando para complementar nuestra felicidad.
Últimamente me he cruzado con el tipo de gente que presume ser feliz con su pareja, pero al menor descuido tiene todo tipo de aventurillas. Qué es lo que hace cruzar la línea, si realmente quieres a tu novio/a y sino le quieres, porque se continúan con la relación. 
¿Costumbre? ¿Soledad? ¿Miedo al cambio?
Si de la época de mis padres a ahora, han cambiado tanto las cosas… como serán las cosas para mis sobrinas, o para mis futuristas nietos. 
¿Seguirá existiendo el concepto familia?


sábado, 13 de febrero de 2016

Cada mañana...

Cada mañana las mismas miradas, gestos, palabras. Todos los días me encontraba lo mismo. Gente que bosteza, personas con cara de llegar tarde, despedidas en un andén. A pesar de que se tratara de personas distintas, todo, cada minuto en aquella estación parecía exacto.
Hacía mucho tiempo que no montaban en tren, tanto que ni lo llegaba a recordar. Poco a poco estaba volviendo a sus encantos, al sueño placido que siempre me despierta en el momento justo, como si tuviera una pequeña alarma interior, como si mi cuerpo supiera los minutos pendientes o también sirve para observar a las personas que se encuentran en cada estación de paso, seres humanos como yo, con diferentes preocupaciones pero con actitudes similares.
El mundo giraba alrededor de unas vías, llenas de historias, encuentros, rupturas, amor, tristeza... infinidad de historias tenían lugar cada día, donde hoy me encuentro sentada, y lo mejor de todo que seguirán sucediendo, a pesar que yo no este, que nunca vuelva a estarlo. El mundo sigue su curso. Somos una gotita de mar en el océano.
Por ejemplo el chico que se encuentra enfrente mío, no sabe que existo, que por casualidad coincidimos en el mismo vagón, a la misma hora, y seguramente no volvamos a vernos. Cada uno seguirá su camino, como si nada. Su mundo es paralelo al mío, y a mí no me importa, puede que después de este recorrido le sucedan cosas maravillosa, o quizás las peores de su vida, que sé yo. Solo sé que la vida continua, no se detiene más de 3 minutos en una misma estación. Los que se bajan del mismo, son remplazados por los que acaban de subir, y aunque no lleguemos a tiempo a cogerle, y tengamos otra oportunidad, puede que lleguemos tarde, o no. Nunca podremos saber si en realidad estuvimos a la hora exacta en el lugar indicado. Hoy todo eso da igual, solo sé estoy en mi tren, en mi lugar, y lo demás lo pensaré más tarde


viernes, 12 de febrero de 2016

Un día, una habitación.


La vida son una serie de habitaciones. Lo que realmente importa es con quién estés en ese momento, en esa habitación. Muchas veces nos despistamos, estamos más atentos a otros factores como del teléfono, o incluso de las personas que están al lado sentadas que no conocemos de nada, en vez de prestar atención a lo que ocurre frente a nuestros ojos. No somos conscientes que en el momento que estamos, ahora mismo, nunca se va a volver a repetir. Tendrás a lo largo de tu vida, situaciones similares, pero nunca oirás las mismas palabras, aunque estés junto a la misma voz. 
Los días van pasando, nos hacemos más viejos. La experiencia que los años hemos adquirido, juega en nuestra contra. Nos vuelve más desconfiados. Pensamos que por qué nos hayan fallado un millón de veces, nos lo volverán hacer. Nos abarca una rutina inútil que nos hace inmortales. Pensamos que esto nunca se acaba, pero lo hará, un día u otro. Necesitamos muchas veces que ocurra alguna desgracia ajena para darnos cuenta de lo bonito que es vivir, de lo poco que valoramos situaciones cotidianas, que nos las tienen que robar, para darnos cuenta de su valía. Pero todo se olvida, las preocupaciones nos consumen, nos ahogan. Añoramos lo que nunca volverá, y perdemos trenes por miedo a que los pasajeros se acaben bajando, uno a uno, hasta quedarnos como nacimos. Solos.
Ahora ésta en nosotros mismos, cada uno, somos el único dueño de nuestro destino. Y yo me pregunto, si muriésemos mañana; 

¿Es tan importante lo que nos preocupa hoy?




jueves, 11 de febrero de 2016

Fotografiamos


Lucimos la mejor sonrisa aunque en ese momento no tengamos fuerza para hacerlo. Nuestro interior ésta pensando en otras cosas, esta en otra parte, pero fingimos al oír "di patataaa" Nos quedamos inmóviles con el fin de congelar la secuencia, para que nunca se nos borre de la memoria. Para que no lo olvidemos. De repente queda inmortalizado.


Siempre que veamos aquella fotografía nos trasladara aquel instante, dará igual el tiempo que pasé, volverá el recuerdo, como si lo estuviésemos viendo lo sucedido en este segundo, ahora. Muchos odian ponerse delante de la cámara, mientras otros lo adoran y aprovechan para buscar el menor motivo para enseñárselas al mundo, para mostrarles los felices y guapos que estábamos.

Fotografiamos y nos fotografían; lugares, vivencias, familia, amistades que nunca volverán, amores pasados de los cuáles algunos prohibidos, adolescencia, nacimientos, ropa que ahora la vemos y pensamos "¡qué pintas!" cuando ibas a la última moda. En definitiva, nuestra vida en un papel impreso, en un álbum de recuerdos. El cual en cuanto le abrimos no podemos evitar sonreír dulcemente, mientras recordamos lo que fuimos, lo que queríamos ser. Fotografiamos...


miércoles, 10 de febrero de 2016

Despedidas

Continuamente nos despedimos sin saber si nos volveremos a ver. Decimos adiós como si en cinco minutos nos fuesemos a encontrar. Pero en algunas ocasiones no es así. En cualquier momento nuestra vida puede cambiar, a veces, sin ni siquiera darnos cuenta. Una actitud, poco a poco puede alejarnos de un ser querido, convirtiéndolo en un extraño. 
Lo que ha sido hoy, no volverá a pasar nunca. Aunque estemos las mismas personas en una circunstancia parecida. Nada es igual.
En otras ocasiones, la despedida es mucho peor, cuando sabes de primera mano que es para siempre, que no volveréis a veros, ya nunca seréis los mismos. Cada uno toma un rumbo distinto de vida, y al cabo de tiempo, a pesar del esfuerzo por seguir teniendo relación, vuestra historia (sea cuál sea) se convierte en un mero recuerdo, hasta que sin remedio se transforma en olvido. Pero sin duda, la peor despedida es cuando sólo uno de los dos puede hacerlo. El otro, ya no está. Por mucho que digas, lamentes, sientas, y quieras decir, ya no te escucha o si lo hace, no te pueda contestar. No te puede decir lo que piensa, discutirte. Ese es el momento recuerdas todas las cosas absurdas por las cuales, ahora no sabrías decir cuáles, te habías enfadado con esa persona. Hasta tal punto de prometer incluso no volver a dirigirle la palabra, sin embargo ahora mismo, darías todo lo que tienes por volver a ver.

Despedidas, no conozco ninguna alegre. Estaciones de tren, aeropuertos, empleos, institutos? Ninguno de nosotros, podría calcular, las veces que nos hemos despedido de alguien, para no volver. Decir, mañana la llamo, y darte cuenta al mes, que no lo hiciste. 

Despedidas ¿Por qué duelen tanto?